Doctor Melchor Martínez, representante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo

Doctor Melchor Martínez, representante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en debate radial sobre el tema de las deportaciones y la manera en que afecta las familias hispanas/W.G

POR WALTER GÓMEZ

RALEIGH- Un resumen ejecutivo realizado por la organización la Unidad de la Familia, la Salud de la Familia, ‘Cómo la Reforma Migratoria Centrada en la Familia Significará una Mejor Salud para los Niños y las Familias’ publicado el pasado mes de junio, revela que solamente en 2012 las deportaciones afectaron, aproximadamente, a 152.426 niños y que la salud física y mental de los padres deportados o en riesgo de serlo se está deteriorando.
El reporte indica que a nivel nacional, se estima que 4.5 millones de menores ciudadanos estadounidenses por nacimiento viven en familias en las que uno o más de sus padres son indocumentados.

Sin embargo, estos infantes y sus familias viven con ansiedad por el futuro, temerosos de un arresto o deportación.

La historia de Patricia Peña Martínez, una madre de nueve hijos e indocumentada en riesgo de ser deportada, radicada en Carolina del Norte, es uno de los ejemplos. Tras haber estado detenida durante seis meses, sus hijos mostraron síntomas de depresión y suicidio.

“Estas situaciones no son nuevas. Se viven a diario y vienen desde hace mucho tiempo”, indicó a La Conexión, Viridiana Martínez integrante de NC Dream Team.

INSEGURIDAD E INCERTIDUMBRE

La amplia investigación muestra que los factores mencionados con anterioridad son los determinantes fundamentales de la salud de los niños de hoy, en la adolescencia y en la edad adulta en el futuro.

“Todo rompimiento con la vida normal del ser humano puede producir estrés. La actual inseguridad e incertidumbre que viven los inmigrantes en Carolina del Norte, por ejemplo, conducir sin licencia, provoca un alto nivel de miedo a que lo paren y lo deporten”, explicó el doctor Maximiliano Cuevas, profesor en Greenville, en debate radial que tuvo lugar en FMExplosión.net. “Imagínese cuando un padre o madre de un menor lo deportan. Eso produce un grado extremo de angustia y grandes niveles de depresión”, sostuvo.

“Los inmigrantes desde que salimos de nuestros países ya tenemos esta carga, aunque lo hagamos por la vía legal. Imagínese, que alguien está cenando en su casa y entra la ‘migra’ y se lleva al padre, y el niño se queda ahí. ¿Cómo se lo puede explicar?”, indicó el doctor Melchor Martínez, representante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en EE.UU, sumándose al debate.

Martínez, extendió su argumento basándose en su propia experiencia, y lo que representó no tener a su lado durante 10 años a su madre que decidió salir para lograr la residencia.

“No hay forma de describir eso y ni la secuela que ha causado en algunos de mis hermanos. Pude ver como a uno de ellos le daban ataques nerviosos, y eso que estábamos hablando de una salida legal. Los efectos secundarios no se ven de inmediato sino a largo plazo. Han pasado 22 años que llegué a Estados Unidos y 10 separado de mi madre y todavía tengo temor de no tenerla junto a mí”, sostuvo.

BUSCAR AYUDA

El informe refleja que casi el 30% de los padres indocumentados reportaron que sus hijos tenían miedo siempre o la mayoría del tiempo, mucho más que entre los niños de padres documentados.

Casi la mitad respondieron que su hijo había estado ansioso, y el 75% de los padres afirmaron que el chico había mostrado síntomas del trastorno de estrés postraumático.

“Busquen ayuda, apoyo, donde puedan llorar, hablar y expresar sus angustias. No se queden callados y encerrados en su casa. No se traguen la depresión. Existe ayuda en la comunidad”, concluyó Cuevas.