Foto/EFE
EFEUSA- A los inmigrantes indocumentados la amenaza de deportación les preocupa más que el permiso de trabajo y una senda hacia la ciudadanía, según dos encuestas que divulgó el Centro Pew de Investigación.
Una de las encuestas se desarrolló del 16 de octubre al 3 de noviembre entre 701 adultos hispanos en todos los estados y el Distrito de Columbia y admite un margen de error de 4,4 puntos porcentuales.
La otra se llevó a cabo entre 802 personas de origen asiático entre el 16 y el 31 de octubre, y admite un margen de error de 5 puntos porcentuales.
El 55 por ciento de los hispanos opinó que la posibilidad de vivir y trabajar en Estados Unidos legalmente sin la amenaza de la deportación es más importante para los inmigrantes indocumentados que una senda hacia la ciudadanía. El 35 por ciento dio prioridad a la ciudadanía.
Los encuestados de origen asiático opinan algo parecido, aunque su margen es del 49 por ciento más preocupados por la deportación, y un 44 por ciento que ve como prioridad la obtención de la ciudadanía estadounidense.
En conjunto, los hispanos y los asiáticos representan dos tercios de los 28 millones de inmigrantes que se encuentran legalmente en Estados Unidos.
En julio pasado, el Senado de EE.UU. aprobó un proyecto de ley bipartidista para una reforma integral del sistema de inmigración, que incluye un trámite difícil y largo para la legalización de los indocumentados y, eventualmente, su naturalización.
Pero en la Cámara de Representantes, donde el Partido Republicano tiene mayoría, la estipulación del proyecto del Senado que ofrece un trámite de 13 años para llegar a la ciudadanía ha surgido como el obstáculo mayor para un acuerdo.
Las encuestas de Pew muestran que si el Congreso no aprueba una reforma del sistema de inmigración, el 43 por ciento de los hispanos y el 48 por ciento de los asiáticos responsabilizarán, principalmente, a los republicanos.
El 34 por ciento de los hispanos y el 29 por ciento de los asiáticos dijeron a Pew que tal fracaso sería culpa, principalmente, de los demócratas en el Congreso y del presidente Barack Obama.